En el colegio, de pequeña, teníamos una asignatura en la que hacíamos "labores". Durante unos años hice algunos manteles individuales con tela de panamá que luego le regalaba a mi madre para que los guardara. Recuerdo que hice un mantel para cuatro personas pero no me dio tiempo a terminarlo para la fecha exigida así que, como había que presentárselo a lo profesora correctamente envuelto en papel de celofán, listo para ser regalado, lo doble de forma que no se viera que estaba sin terminar y recé a todo lo que se me ocurrió para que la profesora no me mandara sacarlo de su envoltorio. ¡Prueba superada!
Ahora los manteles están conmigo y "el inacabado" también, ja, ja. Así que si algún día te tomas un café conmigo y ves una fuentecilla estratégicamente colocada ¡no la levantes! o la escena perderá su encanto.
El trabajo que os quiero enseñar es un cuadro que recuedo que hice en la primavera de 1996. Lo mandé enmarcar pero hace poco lo saqué de su marco para lavar el panamá y volver a plancharlo. Cambié el soporte y lo puse, provisionalmente, sobre un lienzo.
Es un paisaje precioso. Espero que os guste.
Fotos: Con encanto