Si por un instante Dios olvidara que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía este tiempo lo más que pudiera.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres …
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre...
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse..
Si supiera que estos son mis últimos minutos que te veo te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
("Carta de despedida" de Gabriel García Márquez)
Actualización el día 24/09/2009: Esto es un fragmento de "Carta de despedida". Aquí podéis encontrar el texto completo. Os recomiendo su lectura.
5 comentarios:
Hola Ana, que cierto es todo lo que dicen estas líneas. Tendríamos que aprender todos un poco de ellas.
Un besote, Inma.
Abrazos Ana.
Ana, aprovecho de decirte ahora mismo que ha sido un placer conocerte y blogear contigo.
recibe un abrazo.
maría cecilia
Gracias a las tres por vuestras palabras. Seguimos en contacto. Besos. Ana
So beautiful!
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